martes, 19 de julio de 2011

Mi casa

Llevas meses de un lado para otro. De casa en casa. Casas en las que te sientes realmente agusto…pero no son tu CASA. No has dormido desde septiembre más de una semana seguida en una misma cama y eso se nota. Tu casa no es que sea la mejor del mundo, pero tiene algo que desde que somos pequeños nos hace añorarla cada vez que pasamos una temporada fuera. Ya no me estoy refiriendo al lugar físico y las ventajas que conocer la situación de todo suponen, sino a la esencia de la casa. Es ese sentimiento que una vez entras por la puerta te embarga y hace por ejemplo, que dejar la maleta en el suelo de tu habitación o ver a tu padre por allí sea como una descarga de adrenalina tremenda al pensar que todo ha terminado o por lo menos se ha tomado una pausa. Has vuelto al mismo y maravilloso lugar de antes, como si todo lo que ha pasado malo o bueno no hubiese ocurrido…como si volvieses de aquel campamento al que fuiste cuando tenías 7 años…

pdt: os juro que no puedo entender mejor al pobre ET

No hay comentarios:

Publicar un comentario