Llega septiembre. Se va septiembre, pero antes de irse nos deja el otoño. Nunca me había gustado esta estación –mi favorita siempre ha sido y creo que será siéndolo (es porque nací en esa época, no tiene mucho misterio) pero ahora no me disgusta, hasta podría decir que me gusta cuando las hojas empiezan a dejar los árboles, cuando empiezas a necesitar una chaqueta por las mañanas o cuando te arropas a la hora de dormir. Pero todo eso es lo de menos. Con el otoño vuelve la normalidad. Vuelves tú, mi normalidad. Mi única buena costumbre, la de sentirme bien, la de ser yo misma…
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